Colombia se ubica en primer lugar en Latinoamérica y número 8 a nivel mundial en energía renovable según Índice Global de Desempeño de Arquitectura de Energía (EAPI por sus siglas en inglés) del Foro Económico Mundial.

El informe, desarrollado en colaboración con Accenture Strategy y presentado en la Comisión Europea, evalúa a 127 países en función de su capacidad para ofrecer acceso a la energía en las tres dimensiones del «triángulo de la energía» y concluye que los mejores posicionados, principalmente países más pequeños y economías avanzadas, pueden superar sus limitaciones implementando políticas de apoyo.

«Este ranking destaca la gran cantidad de recursos naturales que tenemos en Colombia como una ventaja para impulsar la economía y garantizar a la población energía segura y de bajo costo. Además, se destaca la exportación de energía como reflejo del excedente de dotación de recursos naturales con los que contamos», aseguró el ministro de Minas y Energía Germán Arce Zapata.

En Colombia la matriz energética es limpia, baja en emisiones de gases de efecto invernadero, donde el 70 % de la oferta energética está conformada por hidroeléctricas gracias al aprovechamiento de la riqueza de recursos naturales que tiene el país.
Los 20 países mejor clasificados del índice 2017 representan una mezcla diversa. Lo lideran países europeos, con Suiza (1º) y Noruega (2º) en los primeros puestos. No obstante, hay países de otras regiones que ocupan posiciones altas: Colombia (8º), Uruguay (10º) y Costa Rica (14º) son los países latinoamericanos mejor posicionados, mientras que Nueva Zelanda ocupa el 9º lugar.

El ranking lo encabeza Suiza por tercer año consecutivo gracias a su diversa mezcla de suministro de energía, intensidad de baja energía y bajas emisiones. En segundo lugar está Noruega por el acceso a la energía y la seguridad.

El informe ha analizado a algunos de los países mejor clasificados y los que más puestos han subido y revela tres principios para generar mejoras en los sectores energéticos:

  • Estructurar a largo plazo la dirección para el sector de la energía y comprometerse con ella: Los gobiernos con visiones a largo plazo aportan continuidad durante estos largos periodos de tiempo. Un marco claro y una dirección a largo plazo son la base de las políticas eficaces y aportan la estabilidad necesaria para fomentar la inversión.
  • Permitir la transición energética con políticas adaptables y diseñadas conjuntamente: Las políticas más eficaces a la hora de avanzar en la transición energética de un país son aquellas que ofrecen las soluciones que mejor encajan con el contexto de un país. Esto implica crear las oportunidades necesarias para que florezca la innovación y aportar flexibilidad para que las tecnologías más apropiadas surjan de manera orgánica.
  • Dirigir la inversión a las áreas de mayor impacto: Se requiere una importante inversión para realizar avances en la transición energética y para hacer frente a la demanda creciente de energía. La estabilidad que brinda una visión y un compromiso a largo plazo es fundamental para fomentar la confianza de los inversores. De esta forma la administración de las inversiones canaliza el capital necesario para apoyar la transición energética hacia los proyectos adecuados que impulsarán el progreso.