La Sociedad Colombiana de Ingenieros – SCI, ha recibido diferentes solicitudes provenientes de los medios de comunicación y la comunidad en general, en relación con la posición del gremio referente a los inconvenientes que se están presentando en la vía Bogotá – Villavicencio. Informamos que la SCI, hasta el momento no cuenta con información precisa y detallada de los puntos exactos y causas donde se están presentando los derrumbes. Por lo tanto, la SCI no puede afirmar o negar los orígenes de estos y tampoco entregar apresuradamente soluciones, que no cuenten con un sustento técnico.

Sin embargo, ponemos a consideración el siguiente análisis producto del estudio científico que realizó la Sociedad Colombiana de Ingenieros, por solicitud del Gobierno nacional a través del Ministerio de Transportes y sus entidades adscritas INVIAS y ANI, de las principales causas que generaron las inestabilidades y fallas presentadas en el KM58 en el 2019.

Producto de este estudio se analizó el corredor comprendido entre los PR40 y PR70 y se determinaron los sitios críticos que afectan la vía, así como aquellos que podrían generar mayores condiciones de vulnerabilidad física, de modo que sirvieran a las entidades gubernamentales y al concesionario, acometer estudios detallados, así como medidas de mitigación de los riesgos, naturales o inducidos, de los sectores viales que se incluyeron en el estudio, particularmente los KM46, KM58 y KM64.

Igualmente, el estudio identificó que dentro de las necesidades estructurales está no solo la identificación detallada de las condiciones geológicas, geomorfológicas e hidrogeológicas como climáticas que más inciden en las inestabilidades de los sectores y punto críticos, sino también que las intervenciones debían planearse para el futuro inmediato (antes de 6 meses), corto (entre 6 meses y un año), mediano (de uno a tres años) y largo (se implementan hasta en tres años), así como las de tipo preventivo, correctivo y prescriptivo, para cada subsector involucrado.

La SCI tiene conocimiento de que las diferentes agencias han venido siguiendo la implementación de algunas de estas recomendaciones, pero se requiere una acción integral, que parta desde la puesta en marcha de un Centro Consultivo de Instrumentación y Monitoreo Geológico-Geotécnico, que dé cuenta de la evolución y cambio de las variables más significativas a lo largo del corredor y permitan la generación de alertas tempranas en aras de evitar los recurrentes cierres viales. Las condiciones de los terrenos y la intensidad y frecuencia de las lluvias son suficientemente conocidas, así que no es comprensible seguir responsabilizando a la geología de un tema más de gestión vial de una carretera de montaña en condiciones ciertamente complejas.

También se requiere una revisión del sistema vial de la región, considerando por supuesto la vía principal con sus dos calzadas, repotenciando la calzada antigua para compatibilizarla con la nueva y reducir la sobrepresión que ésta ejerce contra la antigua, integrar las vías secundarias y terciarias (veredales) así como intercambiadores, de modo que se mejoren las condiciones en la medida que estas se integran con la vía principal, ofreciendo una posible alternancia.

Así mismo esta revisión, se debe realizar en los componentes geomorfológicos e hídricos como quebradas principales y secundarias, sobre la base de los análisis de amenaza por avenidas torrenciales que adelantó la SCI y que requieren atención inmediata de regularización de cauces y obras complementarias basadas en bioingeniería, para evitar que se siga presentando lo que ya es de todos conocido que va a suceder cada vez que llueve en el área de influencia de la vía.

La Sociedad Colombiana de Ingenieros, ratifica el apoyo a la administración en ejercicio de sus funciones de asesorar a las entidades del Estado colombiano que así lo requieran, en nuestra calidad de órgano consultivo del Gobierno nacional.

Germán Pardo Albarracín
Presidente
Sociedad Colombiana de Ingenieros