La doble calzada Bogotá-Villavicencio es una de las obras de infraestructura más grandes que actualmente se construyen en Colombia y busca conectar el centro del país con la región de los llanos orientales, reduciendo los tiempos de desplazamiento y mejorando la productividad.
Sin embargo, tras la caída este lunes del puente Chirajara, que se encontraba en construcción, esta importante vía quedó marcada por una tragedia que dejó nueve muertos y ocho heridos, que fueron trasladados al Hospital San Rafael de Cáqueza (Cundinamarca) y centros asistenciales de Bogotá, algunos ya dados de alta.
Pero además de la tragedia, la caída de esta estructura ha generado una amplia polémica e incertidumbre sobre las demás obras que se están ejecutando en varias regiones del país.
El presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, Argelino Durán, consideró que no se pueden hablar de las causas que generaron el desplome de la estructura hasta que no se avance en las investigaciones que permitan conocer las fallas.
“Sobre este caso específico no puedo enumerar posibilidades sin ningún sustento. Indudablemente, cualquier estructura que se haga tiene que tomar en consideración el suelo y sus características. El diseño de la cimentación y de la superestructura, y todo el proceso constructivo en estructuras complejas como este puente, son superimportantes y minuciosas, y en todos estos procesos puede presentarse un error que cause un colapso como el que se presentó”.
Con esta postura concuerda Jaime Garzón, experto en construcción de puentes de la Escuela Colombiana de Ingeniería, quien aseguró que las investigaciones aclararán el panorama de lo que se presentó al mediodía del pasado lunes muy cerca del municipio de Guayabetal (Cundinamarca).
“Esto puede tener muchas causas y habría que analizar cada una de ellas para poder decir cuál fue la razón de que se haya presentado este colapso, pero usualmente es la suma de varios factores, así que es muy difícil entrar a decir las razones de un hecho como este, tendríamos que revisar los diseños, materiales empleados, los procesos constructivos y en la evaluación de esto es donde podemos tener unos resultados finales que nos permita conocer las fallas y las causas de este colapso”, explicó Garzón.
Por su parte, el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martín Caicedo, señaló que la zona donde se estaba construyendo la obra es compleja geólogicamente y por eso es necesario adelantar las investigaciones para establecer las causas y responsabilidades por el colapso de esta estructura.
“Tenemos que esperar la investigación para ver qué fue lo que sucedió, sin perjuicio de que nosotros reconocemos en el concesionario una gran idoneidad profesional. La ingeniería colombiana es la primera en estar interesada en que se esclarezcan las causas de este hecho, que pueden estar asociadas al diseño de la obra, a los materiales utilizados y al suelo, porque esta es una zona geológicamente muy compleja e inestable y no queremos aventurarnos a sacar alguna conclusión hasta conocer los resultados de las investigaciones”, aseguró Caicedo.
Garzón también explicó que el sistema con el que se estaba construyendo el puente en el sector de Chirajara ya se ha utilizado en otras regiones del país.
“Es un puente atirantado y nosotros ya contamos con estructuras de este tipo en el país desde hace muchos años, un ejemplo de esto es el puente Pumarejo sobre el río Magdalena en Barranquilla, que fue el primer puente de este tipo en el Colombia. Después de este se han venido construyendo muchos, como el del viaducto de Pereira, que esta funcionando muy bien y que fue construido con apoyo de la ingeniería colombiana. En Antioquia, ya hay varios puentes con características similares y por eso tenemos conocimiento y experiencia en este tipo de obras”.
CONFIANZA EN LA INGENIERÍA COLOMBIANA
Para los expertos, este lamentable hecho no puede generar desconfianza en la labor que ha venido desarrollando la ingeniería colombiana en el desarrollo del país, aunque reconocen que a pesar de la gravedad de estos hechos, el país no está exento de que se presenten estos accidentes debido a la complejidad de las obras por las condiciones geográficas que tiene Colombia.
“Todos los días se hacen obras diseñadas por la ingeniería colombiana y esto es un caso que no debería pasar, y como ingeniero lamento que esto haya ocurrido, pero eso no es para que la ciudadanía diga que de ahora en adelante no va a pasar por ningún puente porque se puede caer. La mayoría de nuestras obras han demostrado que se hacen y funcionan bien, de manera que este hecho no puede ser para poner en tela de juicio la infraestructura que se está haciendo en el país”, manifestó Durán.
Para el profesor Durán, las obras que se han desarrollado hace varios años en el país son la prueba de la calidad y experiencia de la ingeniería para continuar con este tipo de trabajos. “Yo esperaría que este hecho no afecte la confianza en la ingeniería del país, una prueba de la calidad de nuestro trabajo son muchas obras que se han ejecutado a lo largo de todo el país en unas condiciones difíciles de topografía y en equipos de construcción. Fallas estructurares se presentan en todos los países del mundo y no se puede descalificar a la ingeniería de un país por hechos como este, que no dejan de ser lamentables”.
Con estas posturas concuerda Caicedo, quien explicó que a través de los años se han venido construyendo obras de gran magnitud con toda la calidad y experiencia que se necesitan para desarrollarlas en el país.
“Esperamos que esto que se presentó en esta importante vía no afecte la confianza en la ingeniería colombiana, es un hecho infortunado. En materia de puentes tenemos un récord en Sudamérica, en este momento tenemos contabilizados la construcción de cerca de 5.000 puentes, 1.153 de estos en la red vial nacional. De esta forma, la tradición en materia de construcción de puentes en Colombia es muy larga y sólida”, indicó el presidente de la Cámara de la Infraestructura.
LECCIONES
El presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, Argelino Durán, consideró que estas obras hay que seguirlas desarrollando en el país, pero “el Estado y los ingenieros que trabajamos en esas construcciones tenemos que estar pendientes de que estas se hagan con todo el rigor que exige una obra de ingeniería, la cual tiene que ponerse al servicio de la comunidad con la certeza de que es una obra segura y que no va a causar daños a los usuarios.”
Para el presidente, la ingeniería es una actividad que representa un alto riesgo social porque una obra mal diseñada puede ser la causante de la pérdida de vidas. “Entonces es una profesión que está regulada y que debe ser asumida con toda la responsabilidad ética de quienes la ejercemos”.
Con este aspecto concuerda Garzón, quien indicó que todos los procesos constructivos tienen que tener todas las previsiones necesarias para que no se presenten este tipo de hechos.
“Es importante que las interventorías sean muy estrictas en sus revisiones y que formemos a nuestros ingenieros pensando en la seguridad de las obras, pero no olvidemos que la ingeniería es una profesión de alto riesgo y dentro de esto la construcción de puentes es de altísimo riesgo, porque trabajamos en condiciones muy difíciles, a veces precarias, en situaciones en las cuales hay eventualidades como estas que se pueden presentar”, dijo Garzón.