Una ingeniería a la altura de las expectativas y necesidades de la situación actual, ese es el motor de la Sociedad Colombiana de Ingenieros – SCI, que como corporación sin ánimo de lucro, de carácter académico, científico y gremial, cuya misión es el mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar de la humanidad mediante el avance de las ciencias y de la ingeniería, tiene el deber de propender por el desarrollo de la sociedad; esto se traduce en una búsqueda constante de soluciones para las problemáticas que aquejan al país.

Hoy específicamente, lograr superar los obstáculos de una pandemia mundial a la vez que garantizamos seguridad y, por otro lado, continuar trabajando en medio de la difícil situación actual del país que en buena medida es una reacción fruto de la acumulación histórica de problemas sin resolver en diferentes sectores de la economía nacional; lo cual nos impacta tanto a nivel global como regional.

Enfrentar la pandemia nos impone la necesidad de dialogar y concertar, razón por la cual la ingeniería colombiana, reconociendo el esfuerzo logrado hasta la fecha y la necesidad de optimizar las últimas decisiones legales en cuanto agotar todos sus recursos para no sólo mitigar la emergencia sanitaria y económica sino atenderla, invoca la voluntad política del Gobierno Nacional para que se implementen las medidas que mantengan la confianza a pesar de la incertidumbre;  medidas que ayuden rápidamente a la población más vulnerable, en especial a las pequeñas y medianas empresas, a los desempleados, a los independientes y a los informales, que después de la pandemia serán los mayores afectados económicamente.

Desde la SCI estamos dispuestos a ser actores fundamentales de esta coyuntura, todos nuestros esfuerzos se enfocarán en coadyuvar en la generación de estrategias que reconozcan las necesidades de los ciudadanos y contribuyan a su bienestar; estrategias en las que converjan todos los actores sociales a fin de que se establezcan objetivos comunes provenientes de la deliberación y el acuerdo colectivo de las fuerzas vivas del país.

Desde el comienzo de la pandemia nos apresuramos a brindar una estrategia que le permitiera al sector de la ingeniería, que es el que nos compete y desde el cual podemos aportar, retomar actividades paulatinamente, descongelar proyectos que habían quedado paralizados y cuya finalidad es mejorar las condiciones del país. Fue así como el 10 de abril del 2020 publicamos una guía de buenas prácticas para reactivar actividades de infraestructura, con todos los protocolos de seguridad requeridos y a los cuales otras organizaciones se fueron adhiriendo.

En el caso de la infraestructura de transporte observamos que existen oportunidades para las grandes empresas de ingeniería, sobre todo para aquellas que participan en los proyectos de 4G.

En Colombia, contamos con importantes fortalezas, pero también enfrentamos serios retos entre los que se destacan la desigualdad y la pobreza. Para superarlos es necesario impulsar la infraestructura desde un enfoque regional, y la contratación pública es una poderosa herramienta para crear oportunidades de trabajo para las pequeñas y medianas empresas de ingeniería que les permitan participar en las anunciadas inversiones en la red de vías terciarias; su empaquetamiento por departamentos o regiones frustraría ese propósito, pues va en contra de un crecimiento integral e igualitario al no permitirle a todos acceder a las mismas oportunidades. Es hora de frenar los procesos viciados que son muestra de claros intereses por privilegiar a unos pocos, y que además manchan la imagen de la ingeniería.

La contratación de empresas locales fortalece la generación de empleo y el desarrollo de la cadena productiva en cada rincón del país.

Por otro lado, la ingeniería colombiana ha sido víctima de la corrupción por muchos años; ha sufrido de manera directa sus efectos, la hemos combatido desde su génesis, buscando un equilibrio técnico y ético en los procesos de contratación. Siempre ha sido nuestro interés genuino el mejorar el sistema de contratación de nuestro país, y desde hace mucho tiempo venimos denunciando los profundos desequilibrios que introducen los desarrollos legales de la contratación; las normas y los pliegos de condiciones no garantizan el equilibro de condiciones.

El esfuerzo realizado se refleja en los últimos acuerdos de orden técnico y jurídico que buscan que los procesos licitatorios de obra pública y de sus interventorías sean garantistas de la actividad empresarial y por supuesto, transparentes.

Es este el paso más significativo que da el sector de la infraestructura en su incansable lucha contra las prácticas corruptas que por décadas sirvieron para que mafias regionales cooptaran la contratación púbica en muchos departamentos y municipios de la geografía nacional.

En aras de mantener tales estándares sugerimos al Gobierno Nacional que acuda de forma expresa a las agremiaciones y centros consultivos para dirimir las controversias.

Se requiere un gobierno audaz y disruptivo, grandes empresarios que redistribuyan sus utilidades, y una banca multilateral responsable, todos debemos contribuir, porque de lo contrario en los meses siguientes al control del virus no será posible asegurar la viabilidad futura del país.

Gracias a la voluntad del Gobierno Nacional hemos logrado avances históricos para la ingeniería colombiana, se han integrado en nuevas políticas todas las normas de la contratación que estaban dispersas, y varios temas por los que ha luchado nuestro gremio fueron incluidos en esta norma.

Seguiremos trabajando de la mano de la Agencia Colombia Compra Eficiente – CCE, con el aporte y participación de nuestras Sociedades y Asociaciones Regionales para optimizar lo que está estipulado en la ley.

Es sin embargo importante que la comunidad sea consciente de que estas soluciones toman tiempo tanto en planeación como en ejecución; este proceso tomará tiempo pero estamos seguros de que trabajando unidos lograremos proyectar un futuro estable, equitativo y próspero para la nación.

Desde el gremio hemos decidido que en lugar de quejarnos ante una situación evidentemente adversa que  nos sobrepasa debemos actuar con prudencia y respetar su magnitud, pues es más grande que nosotros. Demostraremos en medio de la desventura que no sólo somos un gremio pionero en el desarrollo, que toma la iniciativa, sino que somos conscientes de que no podemos darnos el lujo de parar.

Para la ingeniería colombiana detenerse no es la opción, somos un gremio que ofrece progreso, los ingenieros colombianos hemos sido parte esencial del desarrollo del país, que más allá de los desafíos y obstáculos que ha tenido que enfrentar jamás se ha resignado a cambiar la esencia de su misión como modelo de acción colectiva y solidaria; hemos construido un pilar fundamental en el progreso del territorio. Ante esta delicada situación, nuestro compromiso es buscar soluciones a las necesidades, a los desafíos actuales y en ese propósito, la casa mayor de la ingeniería es lugar para concertar todas sus ramas, un espacio para el debate, el análisis y el consenso.

Finalmente, es primordial estar listos para actuar y no desfallecer; esa es la tarea. Seremos capaces de encontrar la templanza suficiente para pensar con claridad y sobreponernos a las situaciones desfavorables. Nuestro  reto es asumir la priorización de las necesidades de los colombianos a través de reformas que contribuyan al resurgimiento de nuestra economía. Un rumbo que contemple a la ingeniería como un pilar fundamental para lograr su meta.

Unamos con un solo propósito, reflexionar sobre la necesidad de la unidad, la armonía nacional, y contribuir con valiosos aportes que ayuden a reducir la inequidad social y desarmar los espíritus y desterrar los odios surgidos por los desacuerdos políticos.