Hasta el 11 de noviembre de 2017, fecha cuando entra en vigencia la Ley de Garantías, los Gobiernos Nacional y Distrital tendrán plazo para firmar el convenio de cofinanciamiento del proyecto Metro que requiere recursos por $12,94 billones. En el Concejo de Bogotá se adelanta el debate en el que la administración pide autorización para comprometer vigencias futuras por $3,86 billones.

El debate luce escabroso. Últimamente han vuelto a aparecer argumentaciones sobre si debe ser subterráneo o elevado, debate que luego de la realización de un riguroso análisis de alternativas, ha sido superado. El resultado de las calificaciones otorgadas a 32 criterios de evaluación, para ocho alternativas que iban desde el metro totalmente subterráneo, al totalmente elevado y combinaciones mixtas, otorgó el mayor puntaje al metro elevado desde el portal de las Américas hasta la calle 72.

También se ha cuestionado si el avance y calidad de los estudios de factibilidad que actualmente adelanta el Consorcio Metro Bogotá, integrado por las firmas Systra S.A. e Ingetec S.A., tienen el alcance y calidad para garantizar la viabilidad técnica y financiera del proyecto.

El pasado 13 de octubre tuvimos la oportunidad de conocer detalladamente el estado actual de los diseños, y de elevar preguntas por parte de profesionales socios especializados en las diversas áreas del estudio, lo que permitió forjarnos una opinión independiente sobre el estado de los mismos, con las siguientes conclusiones:

No cabe duda que los estudios se han adelantado con suficiencia técnica soportada en el amplio conocimiento y experiencia de firmas de ingeniería como Systra que ha participado en uno de cada dos proyectos metro realizados en el mundo; la firma Colombiana Ingetec, ganadora en 10 oportunidades del Premio Nacional de Ingeniería; las empresas Metro de Medellín y Metro de Santiago de Chile e Integral y Sener como interventores, con el acompañamiento de la Financiera de Desarrollo Nacional.

Los estudios y diseños han abordado la totalidad de las áreas técnicas, ambientales, económicas y administrativas, aprovechando la información de ingeniería básica de estudios anteriores, complementada con nuevas exploraciones del subsuelo y un estudio topográfico detallado, cumpliendo en exceso los requisitos de un estudio de factibilidad.

Para los trámites de compra de predios, el trazado geométrico del viaducto se llevó a tal nivel que ya se identificaron todos y cada uno de los predios a adquirir, labor que será adelantada por la empresa Metro durante el año 2018, antes del inicio de la construcción.

Para evitar los problemas de redes que históricamente han impactado el cumplimiento de cronogramas, la Empresa Metro de Bogotá consiguió lo hasta ahora impensable: que las empresas de servicios públicos realizaran los estudios y se comprometieran a ejecutar durante el año 2018 la modificación de las redes que causan interferencias al proyecto. Para ello, el diseño geométrico determinó la localización de cada una de las pilas del viaducto.La ruta crítica para el cumplimiento del cronograma de construcción del proyecto es la construcción del patio taller en el predio El Corzo, ubicado entre el canal Cundinamarca y el Río Bogotá, dado que se requiere un lento proceso de preconsolidación del terreno. Para su mitigación se ha previsto contratar su diseño y ejecución de manera independiente antes del proceso de licitación general.

La mayor incertidumbre dentro de las definiciones técnicas del proyecto la aporta el diseño definitivo de la cimentación de las pilas, para cuya evaluación se ha adoptado una previsión de cantidades de obra adicionales por 20%. Dicha previsión evidencia una adecuada valoración técnica de riesgos.

La SCI considera que el avance de los estudios y diseños realizados dan confianza sobre la viabilidad técnica, constructiva y financiera del proyecto.