El mejoramiento en los esquemas de alianzas público-privadas podría hace que se materialice.

Por: Ómar G. Ahumada Rojas

Aunque en muchos sectores y en la ciudadanía en general quedó un sinsabor por el hecho de que el túnel de la Línea solo va a permitir el tráfico en un solo sentido (Calarcá, Quindío-Cajamarca, Tolima), la inauguración oficial de la obra en primera etapa, este viernes 4 de septiembre), no solo logró demostrar que sí era viable atravesar la Cordillera Central pese a las ocho fallas geológicas, sino que se abre un camino más claro para el reto siguiente: construir el otro túnel que evite el ascenso del tráfico hasta el alto de La Línea yendo el occidente del país.

Así lo señala el Gobierno, mientras que en consonancia con el sector de la ingeniería reafirman la necesidad de hacer equipos interdisciplinarios para este tipo de proyectos, y con observadores en los diferentes frentes.

La ministra de Transporte, Ángela María Orozco, sostiene que si hay alguien interesado en hacer un segundo túnel en la zona, para reforzar aún más la competitividad, al tener el funcionamiento el primer ducto va a ser mucho más atractivo para que alguien lo presente, obviamente sometido a requerir no solo recursos del Presupuesto Nacional, sino también provenientes del cobro de peajes.

“La falla de La Soledad es la segunda falla geológica de mayor complejidad en el mundo y vienen a estudiarla. Esto deja muchos aprendizajes para proyectos futuros. Este tipo de proyectos deben tener una gerencia especializada y una veeduría integral”, explica la funcionaria.

Según la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, el comercio de importación y el turismo serán los grandes beneficiados, en reducción de costos logísticos y de operación

Orozco se refiere a que luego de lo que pasó con el primer contratista y tras las tres licitaciones que hizo el Gobierno, hubo una auditoría que involucró a los gobiernos locales, a los gremios regionales, a los entes de control y a las entidades. “Entre todos vigilamos a los contratistas y apoyábamos para sacar adelante los problemas”, indicó.

“Entiendo que hay gente interesada en plantear una iniciativa privada para construir el otro túnel y lo importante es que esto nos abre paso para entender que este proyecto era viable, porque cuando se contrató el túnel piloto, se hizo porque nadie licitaba cuando se sacaba la convocatoria, porque las compañías de seguros no daban las garantías”, agregó.

Y recalcó que este era un proceso gradual, que tenía que ser por etapas. “No le puedo decir que se pueda hacer ya el segundo túnel, pero sí puedo decir es que el mejoramiento y perfeccionamiento de los esquemas de alianza público privadas pueden llegar a que esto ocurra”, señaló.

Para Germán Pardo Albarracín, presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), el proyecto Cruce de la Cordillera Central, del cual hace parte el túnel de La Línea, les enseñó a varias generaciones de ingenieros el significado de la resiliencia, al tiempo que demostró también que la ingeniería subterránea en Colombia tiene un gran nivel de conocimiento y se fundamenta en la interpolación de experiencias de los túneles hidráulicos construidos en la década de los 80.

Aciertos y gran error
“Sin duda, el mayor aprendizaje es que el gerenciamiento de proyectos complejos debe ser ejemplar. Los actores y desarrolladores del proyecto deben ser ingenieros con una amplia experiencia demostrada en el tema, se debe contar con un panel de expertos que asesore directamente al cliente en sus decisiones y se debe disponer de una interventoría proactiva y con poder de decisión”, enfatizó.

Y explicó que debido a los problemas contractuales suscitados durante la ejecución del túnel, se produjo un gran error que en la ingeniería subterránea siempre debe evitarse: la parálisis de las obras y el descuido de los frentes de construcción.

De acuerdo con Pardo, la no colocación oportuna del soporte en el túnel generó desplazamientos y el cierre de la sección, por lo que se debió estudiar y diseñar nuevamente el túnel con base en las condiciones de esfuerzos y deformaciones presentes en el momento.

“Este es el motivo por el cual no fue fácil conseguir nuevos contratistas que hicieran frente a tal situación”, aseguró.

La SCI considera que se deben reconocer grandes aciertos, ya que en lo concerniente a aspectos técnicos se revistió en su totalidad con concreto convencional, lo que significa una vida útil mínima de 100 años. Y como en ese revestimiento se aplicaron pinturas especiales que mejoran sustancialmente la luminosidad, a largo plazo generará un importante ahorro energético.

Igualmente, como el revestimiento presenta mínima rugosidad, se optimizó el sistema de ventilación, lo cual permite una mejor estratificación del aire circundante.

Entiendo que hay gente interesada en plantear una iniciativa privada para construir el otro túnel y lo importante es que esto nos abre paso para entender que este proyecto era viable

Por su parte, la ministra Orozco recalca el trabajo extra que se debió asumir en la recta final del proyecto principal (el túnel) para adecuar los equipos de operación en medio de la parálisis que ocasionó la pandemia del coronavirus.

“Reabrir en la pandemia la construcción, cumpliendo protocolos requirió de mucho apoyo. Hubo retrasos en el montaje de equipos electromecánicos, pues al ser españoles los expertos, con socios de otra parte, hizo necesario diseñar capacitaciones virtuales hasta que la gente experta llegó al país, haciendo la cuarentena”, indicó.

Beneficios para comercio y turismo
Según la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, el comercio de importación y el turismo serán los grandes beneficiados, en reducción de costos logísticos y de operación, ya que la infraestructura para cruzar la cordillera central quedará conectada con las dobles calzadas hacia el Valle del Cauca y hacia Antioquia, las cuales están en construcción (proyectos Pacífico 1, Pacífico 2 y Pacífico 3).

Pero también en el sentido entre Calarcá (Quindío) y Cajamarca (Tolima), los viajeros quedarán conectados con el sur del país y con el norte, ya que ahora pueden continuar su viaje por la vía 4G Girardot-Honda-Puerto Salgar.

“Salvo el azúcar y ciertos productos agrícolas, Buenaventura es un puerto importador netamente, y eso beneficia también la competitividad, porque muchos de los alimentos que no se producen en Colombia llegan por este puerto para iniciar su tránsito hacia la cadena de abastecimientos del centro del país”, indicó la funcionaria.

Y agregó que, por su parte, el turismo también resultará favorecido, no solo por la reducción en el tiempo de recorrido, sino que al no tener ya la connotación de que era una sola vía, de ida y de regreso, con trancones y varadas de vehículos, incentivará a que más turistas viajen.

“Muchas veces la gente pasaba en un trancón de 6 a 7 horas. Esa dinámica se acaba cuando usted tiene unas vías en un solo sentido”, puntualizó.

Fuente: EL TIEMPO