El total adjudicado por licitación pública en el Municipio de Pereira durante el año 2016 sumó $ 21.891 millones con un promedio de proponentes de 5,27. Dichos datos fueron inferiores al 2015 cuando en los 22 procesos adjudicados por $63.453 millones se habían presentado 17,09 proponentes en promedio, según el indicador de transparencia de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI).

A la luz de dichos resultados, Pereira se encontró en semáforo amarillo, característica que da la SCI al indicador cuando en las licitaciones se presentan entre tres y cinco proponentes. Argelino Durán Ariza, presidente de la SCI, manifestó en diálogo con El Diario que la situación en la capital risaraldense cambió para peor. “En el cambio de administración hubo algo en el sistema de contratación que impidió que llegarán la cantidad de proponentes que antes se presentaban; fue una reducción de menos de la tercera parte de quienes se presentaron en 2015”, explicó.

En la modalidad de selección abreviada también hubo deterioro ya que la administración municipal pasada terminó con 4,87 proponentes en promedio (amarillo) pero lastimosamente con la entrada de la nueva administración pasó a rojo con 2,29.

Para los concursos de méritos, (procesos donde se contratan estudios, diseños e interventorías), en la administración pasada estaba en 3,05 amarillo, pero en el 2016 se bajó a 2,63 (rojo, cuando se presentan de uno a tres oferentes). “Lo que se mira en términos generales es que la transparencia de la contratación desmejoró en Pereira”, manifestó Durán Ariza.

Situación preocupante
En el Departamento de Risaralda la situación fue igual de crítica a la capital Pereira. Los procesos de licitación pública adjudicados por la Gobernación en el 2015 sumaron $ 47.081 millones, con presentación en promedio de 26 proponentes (en verde cuando son más de cinco). Sin embargo, pasó en el 2016 a 3 proponentes en promedio, una reducción considerable y un indicador en rojo en el proceso de los $ 9720 millones contratados.

Para la selección abreviada, el departamento adjudicó en 2016, 9 contratos que contabilizaron en total $ 1633 millones, pero con un promedio de proponentes de 2,89, es decir, semáforo rojo con relación al 2015 cuando las adjudicaciones bajo esta modalidad sumaron $ 9680 millones y 5,42 de proponentes (amarillo). “La condición roja no debería existir, la amarilla tampoco aunque pueden existir condicionamientos especiales, lo ideal sería el nivel verde”, contó el ingeniero Durán.

En rojo
A nivel de Risaralda, es decir, sumando los procesos de contratación bajo licitación pública de los 14 municipios, sumaron en el 2016 $ 34.628 millones en 33 contratos con un promedio de proponentes de 2,76 (rojo); el resultado contrastó con el 2015 cuando en 88 contratos se adjudicaron obras por $115.000 millones y un promedio de 5,16 proponentes (amarillo).

En selección abreviada los municipios risaraldenses tuvieron un promedio más bajo: pasó de 1,90 a 1,57 proponentes 2015 y 2016; allí la contratación bajo este parámetro fue de $ 12.479 millones en 83 contratos, mientras que en el 2015 había sido de $ 17.409 millones en 168 contratos.

Las repercusiones
Desde el año 2013 la Sociedad Colombiana de Ingenieros ha hecho seguimiento al Sistema Electrónico de Contratación Pública y con base a eso trabaja el indicador de transparencia. “Lo ideal es que exista pluralidad de oferentes: entre más se presenten mejor, que no haya talanqueras para que pocos participen sino que existan más oportunidades para los ingenieros que tienen la capacidad de hacer obras”, indicó Argelino Durán Ariza.

Según el líder gremial de los ingenieros en el país, este indicador mide de la mejor manera la transparencia en la contratación, debido a que hay zonas del país donde se presentan hasta 20 oferentes y a nivel de entidades nacionales son más de 100. “Pero uno mira municipios y departamentos y eso no pasa”, insistió.

Una solución a la manera como se contrata hoy en municipios y departamentos del país es que haya una decisión política del gobernante de turno donde le exija a los funcionarios que saquen procesos de contratación transparentes.

“Para eso deben tomar en cuenta las opiniones del mercado: cuando sacan un proyecto de pliegos y empiezan a recibir observaciones. Hay ejemplos como pedir que se tenga como capital de trabajo el valor del contrato. Si se tiene ese monto, pues rinde más tenerla en banco que meterse a un riesgo de un contrato, es ilógico que lo pidan”, explicó.