Este panorama se debe a que el mantenimiento de estas vías en un 65% recae en los entes territoriales. Así mismo, la inversión pública para el desarrollo de las vías terciarias; según investigaciones, en los últimos años equivale alrededor de un 0,03% del PIB, cuando el Banco Mundial recomienda asignar a este rubro por lo menos el 0,4% del PIB anual.
Es por lo que desde la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), vemos conveniente la iniciativa del Gobierno del presidente Petro para fortalecer las vías terciarias, muy necesarias para lograr la conexión real del país, ya que se sabe que la recuperación de las vías terciarias es fundamental, pues permiten conectar el sector productivo y rural con las principales ciudades y a éstas con el mundo. Sin el desarrollo de la red de carreteras veredales e intermunicipales no es posible hablar efectivamente de globalización, descentralización o presencia del Estado. Es la forma más adecuada para garantizar la integración Regional.
La inversión en estas vías, además de estimular el crecimiento, ofrecerá un entorno favorable para el posconflicto disminuyendo los niveles de pobreza y generando una mayor presencia del Estado en los municipios más aislados, brindando adicionalmente oportunidades de trabajo a las comunidades beneficiadas.
Pensando en esos grandes retos que desafían la competitividad del país acompañamos y reconocemos del actual Gobierno nacional, su compromiso de impulsar el futuro competitivo y económico del país a través del aumento de la inversión en las vías terciarias.
Hoy, la SCI, registra cómo ya se han dado pasos importantes para mejorar la conectividad del país gracias al impulso de las vías 4G, un paso importante para asegurar que sean entregadas en su totalidad y su conectividad origen destino esté garantizada. Se podrá disminuir el gran rezago de la conectividad vial a nivel nacional; en 1821 a través de una ley el libertador Simón Bolívar ya desarrollaba concesiones viales denominadas contratos de privilegios exclusivos para construir caminos que conduzcan al mar, y el lema fundamental era “igualar a Colombia con las naciones más cultas”.
Hoy en día y a pesar de disponer de una importante red de vías terciaras, su estado en general no es el mejor, por ello es muy importante que el proyecto de inversión a dichas vías cuente con el directo rol de la ingeniería en su acompañamiento y ejecución, dado que las empresas están creadas para esta labor, por tanto, tienen la experiencia y el conocimiento técnico. La planeación y definición de actividades debe ser ejecutada por ingenieros, pensando que este desarrollo debe impulsar la infraestructura desde un enfoque regional, considerando también que la contratación pública es una poderosa herramienta que genera oportunidades de trabajo para las pequeñas y medianas empresas de ingeniería.
Nuestra centenaria agremiación que ha logrado ir de la mano con esta evolución del país, pone al servicio de la nación sus conocimientos técnicos, los cuales siempre han buscado resolver problemáticas sociales por medio de megaproyectos que impacten positivamente los entornos humanos, ambientales, civiles y tecnológicos.
Proponemos al señor presidente de la República acompañar la realización de este proyecto y los entes para hacer presencia en los departamentos a través de nuestras sociedades y asociaciones regionales bajo la coordinación de un equipo técnico central con mucha experiencia.
Cabe señalar que, la Sociedad Colombiana de Ingenieros, ejecutó junto con el Departamento para Prosperidad Social de la Presidencia de la República, el Programa para Generación de Empleo de emergencia destinado a los damnificados de la ola invernal 2010-2011, el cual tenía dos líneas de acción:
- La línea 1 correspondió a la generación de empleo directo a través de la rehabilitación de la infraestructura, fortalecimiento de capacidades y recuperación del tejido social, con una cobertura en 24 departamentos correspondiente a 299 municipios y 49,949 mil empleos por un valor de 105.000 millones de pesos.
- La línea 2 correspondía a la generación de ingresos y recuperación del tejido productivo, con una cobertura de 13.600 familias por un valor de 18.000 millones de pesos.
Este programa constituyó para la SCI y para el país un trabajo de «amor por Colombia» y por las personas golpeadas por la ola invernal que afectó a nuestro país, porque no solo promovió la generación de empleo sino también el acceso al fortalecimiento de capacidades de las personas y su núcleo familiar a través del Sena.
Además, se requiere revitalizar las Juntas de Acción Comunal para que apoyen a las empresas de ingeniería regionales; este apoyo facilitará la ejecución de los proyectos con Pymes y MiPymes de ingeniería, y así se podría generar cerca de un 70% de empleos formales.
Las comunidades rurales y las empresas de ingeniería convergen sin ninguna duda en un objetivo común: la articulación, puesta en marcha y seguimiento de un proyecto que implique el desarrollo económico y social para el campo asegurando competitividad mediante el cumplimiento de plazos, calidad y costos previstos en su concepción.
Lograrlo significará que los roles y responsabilidades de la partes «comunidades y empresas de ingeniería» deben estar claramente diferenciados para evitar conflictos y malentendidos y en esa medida deben seguir modelos de conducta, respetar las posiciones de cada parte dentro de un conjunto de interacciones que se desarrollan, entendiendo las expectativas propias y las de la contraparte. Las comunidades acompañando las distintas etapas desde la concepción del proyecto hasta la ejecución y entrega de las obras, respetando las recomendaciones técnicas de las empresas de ingeniería y éstas a su vez haciendo su mejor esfuerzo para meterse en la piel de las comunidades para conocer sus necesidades reales y brindarles soluciones que satisfagan expectativas razonables.
Si el Gobierno no propicia desde una fase temprana los acercamientos debidos para entender y aceptar las fronteras entre las partes surgirán polémicas y reclamos en detrimento de la sinergia que debe generarse para dar cumplimiento a las metas y objetivos esperados.
Desde la SCI, consideramos que todos los proyectos que estén enfocados a conectar el país son significativos, lo importante es que, de alguna manera, se dé continuidad a las políticas de desarrollo e infraestructura del país tales como: terminar completamente las vías denominadas vías 4G; mejorar la logística; desarrollar el plan nacional de ferrocarriles; implementar las vías 5G y en general, todo lo que cabe en el marco de planeación que lleve a Colombia por el camino del progreso.
El gremio, resalta la necesidad de continuar con los planes que desde hace años se vienen consolidando para lograr interconectividad, los cuales buscan seguir mejorando significativamente nuestros estándares de competitividad, crecimiento económico, igualdad y empleo.
Para que esto sea posible es necesario fortalecer y fomentar los diálogos regionales, compaginar los intereses municipales con los departamentales y nacionales, identificar las fortalezas de las regiones, trabajar conjuntamente para incrementar el PIB y aprovechar la infraestructura para generar vínculos rurales y agrícolas que promuevan tejidos territoriales conectados debidamente con los núcleos de consumo para asegurar el desarrollo inclusivo de Colombia; allí es donde los aportes de las agremiaciones de carácter social son fundamentales ya que son quienes conocen de primera mano cuales son las necesidades, productos y en qué sector son más competitivas las regiones. Es ahí donde el trabajo articulado con las Juntas de Acción Comunal, las agremiaciones y las entidades tanto públicas como privadas, garantizarán el buen manejo de las inversiones y lo más importante, que este esfuerzo fiscal realmente en corto plazo pueda evidenciar progreso a las comunidades.
Es evidente que el cambio climático está afectando de manera drástica nuestra infraestructura, pero es necesario tener muy claro que si las nuevas inversiones no se hacen con criterios técnicos y sustentables se generará un rápido deterioro y una pérdida acelerada de la inversión.
GERMÁN PARDO ALBARRACÍN
PRESIDENTE
SOCIEDAD COLOMBIANA DE INGENIEROS