El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) está cambiando la manera en que se conciben, operan y mantienen las infraestructuras urbanas.
En la práctica, consiste en conectar sensores, equipos y sistemas que transmiten información en tiempo real para mejorar la eficiencia, la seguridad y la sostenibilidad de los servicios públicos.
Para la ingeniería, el IoT representa una herramienta que amplía la capacidad de observación y análisis técnico, ofreciendo datos confiables para la toma de decisiones.
De la observación a la información útil
El IoT permite pasar de inspecciones puntuales a un monitoreo continuo, y de mantenimiento rutinario a mantenimiento predictivo.
Sensores instalados en redes de agua, semáforos, luminarias, puentes o estaciones ambientales generan alertas automáticas sobre variaciones de presión, caudal, tráfico o iluminación.
Esta información se transmite a centros de control donde los ingenieros pueden actuar con rapidez, anticipar fallas o ajustar operaciones basadas en evidencia.
El concepto no se limita a la conectividad: requiere planeación, interoperabilidad, protección de datos y sostenibilidad operativa.
Más que una tendencia tecnológica, el IoT se ha convertido en un componente estratégico de la ingeniería urbana moderna.
Ejemplos en Colombia: tecnología aplicada al servicio de la ciudad
Bogotá: alumbrado y calidad del aire conectados
La capital trabaja en convertir su red de alumbrado público en una plataforma tecnológica.
Las luminarias LED con telegestión permiten controlar el encendido, detectar fallas en tiempo real y optimizar el consumo energético.
Además, la Red Colaborativa de Microsensores de Calidad del Aire, lanzada en 2022, ofrece mediciones detalladas en diferentes zonas de la ciudad, complementando las estaciones oficiales y aportando información útil para decisiones de movilidad y salud ambiental.
Medellín: datos para el agua y la movilidad
El Centro Integrado de Información de Tráfico y Transporte (CITRA) articula datos de cámaras, semáforos, transporte público, clima y seguridad para gestionar la movilidad en tiempo real.
En servicios públicos, el acueducto inteligente de EPM en Sucre (Antioquia) utiliza sensores IoT que monitorean 17 variables de calidad del agua, caudal y presión.
Estos datos permiten anticipar fugas, optimizar energía y garantizar continuidad del servicio, demostrando cómo la analítica apoya la operación técnica.
Barranquilla: alumbrado público con telegestión
Barranquilla es la primera capital del país con alumbrado 100 % LED, y más de 17 000 luminarias cuentan con sensores inteligentes que informan su estado y consumo en tiempo real.
El sistema detecta fallas automáticamente y regula la intensidad según el flujo peatonal o vehicular, logrando ahorros de entre el 20 % y el 30 % de energía.
Cada poste puede incorporar módulos de conectividad o sensores ambientales, abriendo la puerta a servicios urbanos integrados en una misma infraestructura.
Cali: monitoreo ambiental y control urbano
Cali opera un Observatorio Ambiental que recopila datos de sensores de aire y agua distribuidos por la ciudad.
Junto con su Centro de Comando, Control, Cómputo y Comunicaciones (C4), integra información de seguridad y tránsito para la gestión diaria y la atención de emergencias.
Estos avances fortalecen la capacidad de planificación y respuesta institucional ante fenómenos ambientales y sociales.
Interoperabilidad: un reto técnico en desarrollo en Colombia
En el país, diferentes entidades públicas y privadas implementan soluciones IoT para movilidad, energía, agua y ambiente, pero aún no existe un marco unificado de interoperabilidad que permita compartir datos entre plataformas.
El Ministerio TIC, el Ministerio de Transporte y la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) han impulsado iniciativas sobre conectividad, datos abiertos y estandarización tecnológica.
Consolidar un lenguaje común entre sistemas permitiría que la información fluya de forma más eficiente entre sectores y ciudades, y que la ingeniería aproveche plenamente el valor de los datos para la gestión territorial y la planificación de infraestructura.
Aprendizaje internacional: el modelo de Ámsterdam
En Europa, la ciudad de Ámsterdam (Países Bajos) es reconocida como una de las experiencias más funcionales en la aplicación del IoT a la gestión urbana.
Desde 2007, la iniciativa Amsterdam Smart City conecta infraestructura, servicios y ciudadanía en un ecosistema de datos abiertos.
En el distrito de Nieuw-West, una red de más de 10 000 viviendas incorporó sensores eléctricos y de consumo energético, mientras el sistema de alumbrado inteligente “Flex Street Lighting” integra sensores ambientales, cámaras y puntos Wi-Fi en los postes.
Los resultados son medibles:
- Ahorros energéticos entre el 9 % y el 14 % en los hogares participantes.
- Mayor confiabilidad en la red eléctrica.
- Espacios públicos más seguros y sostenibles.
La lección que deja este caso es que la tecnología tiene éxito cuando se diseña para mejorar la calidad de vida y se gestiona con planificación, evaluación y colaboración entre disciplinas.
Puntos para reflexionar desde la ingeniería
- Antes de implementar soluciones IoT, los equipos técnicos suelen considerar aspectos esenciales como:
- Propósito del sistema: definir el problema a resolver y cómo se medirá el resultado.
- Interoperabilidad: garantizar que los dispositivos y plataformas se comuniquen entre sí sin depender de un único proveedor.
- Ciberseguridad y privacidad: proteger tanto los datos como la infraestructura conectada.
- Mantenimiento y operación: prever calibración, reposición y talento local especializado.
- Sostenibilidad a largo plazo: asegurar recursos y capacidades para mantener los sistemas en el tiempo.
La ciudad inteligente no se construye con dispositivos, sino con decisiones técnicas fundamentadas en información confiable.
Del dato a la responsabilidad técnica
La transformación digital también plantea nuevos retos éticos y profesionales.
El manejo de datos exige transparencia, seguridad y responsabilidad en cada decisión.
Detrás de cada sensor y cada algoritmo debe existir una mirada técnica fundamentada en la ética de la ingeniería y en el compromiso con el bienestar colectivo.
Organismos internacionales de ingeniería coinciden en que las tecnologías del Internet de las Cosas (IoT) deben verse como complemento de la labor profesional, ampliando la capacidad de decisión técnica respaldada en datos en tiempo real.
Así lo reflejan los análisis de la World Federation of Engineering Organizations (WFEO), a través de su Committee on Engineering for Innovative Technologies (CEIT), y los estudios sobre competencias digitales realizados por la Delft University of Technology (TU Delft), disponibles en los siguientes enlaces:
WFEO – Committee on Engineering for Innovative Technologies
TU Delft – Pilot study: professional engineering roles and digital transformation
ArXiv – “Towards Digital Engineering: The Advent of Digital Systems Engineering”
Simulador IoT urbano
Del sensor a la acción: cambia el escenario, la conectividad y observa las decisiones del sistema.
*Simulación educativa: flujo IoT (sensor → red → plataforma → acción).








