La construcción del Túnel de La Línea ha sido durante muchas décadas un anhelo de los colombianos y un compromiso de varios Gobiernos para mejorar la conectividad entre el centro y el suroccidente del país.

Pero, si bien el proyecto inició su construcción hace más de una década, aún no llega a su fin. Ahora, el Gobierno Duque se ha puesto una nueva meta para que el 2020 sea la fecha para su puesta en marcha. ¿Será esta la definitiva?

“La idea que nosotros estamos desarrollando con el Invías y con el Ministerio de Transporte es que la obra del megatúnel esté terminada en mayo del 2020 y esperamos que la obra completa, que es el cruce de la Cordillera Central, Cajamarca–Calarcá, que tiene más de 20 túneles y más de 30 viaductos, la podamos entregar en diciembre del 2020”, manifestó Duque, el pasado miércoles tras hacer un recorrido para verificar su avance.

Sin embargo, no es la primera vez que un Gobierno se fija un plazo para la entrega de La Línea. la historia del proyecto se remonta, según unos estudios, al año de 1913, época en la que ya se contemplaba la construcción del túnel, que en ese entonces incluía una línea férrea para cruzar la cordillera central con el objetivo de unir al centro del país con el Pacífico. Desde entonces fueron muchos los intentos de sacar adelante el proyecto, pero factores sociales, políticos, económicos conllevaron a que la obra se paralizara y no tuviera avance.

Entre tanto, llegó el ocaso de los ferrocarriles en el país para dar paso al fortalecimiento del transporte de carga a través de vehículos.

Así, el proyecto, ya sin línea férrea, la vieja idea revivió en un proyecto concreto, durante el mandato del presidente Álvaro Uribe Vélez, cuando se contrató la construcción del túnel principal, luego de haberse realizado un túnel piloto para probar algunos detalles técnicos. Según los plazos fijados en ese momento, se esperaba que el túnel principal se entregara en 2013.

El contrato se adjudicó en 2008 al Consorcio Segundo Centenario conformado por dos empresas españolas, una mexicana y ocho colombianas, una de ellas la Constructora Carlos Collins S.A, por $ 629.000 millones.

“Para la Fase I, denominada Túnel Piloto de La Línea, se buscaba atravesar la Cordillera Central a la altura de los municipios de Calarcá y Cajamarca en los departamentos de Quindío y Tolima, respectivamente, por medio de un Túnel de Exploración de longitud aproximada de 8,6 km”, explicó en su entonces el Instituto Nacional de Vías (Invías).

No obstante, la obra tuvo problemas durante la construcción y retrasos en la ejecución del contrato. La complejidad que implica para la ingeniería hacer una obra de esa magnitud en uno de los puntos sobre el nivel del mar más altos del país (3.400 metros) y con unas condiciones geológicas difíciles, fueron algunos de los argumentos que explicaron en ese momento el retraso.

A pesar de que se llegó a algunos acuerdos con el consorcio para hacer cuatro prórrogas en el contrato desde 2008, en el Gobierno de Juan Manuel Santos se decidió decretar la caducidad por los constantes incumplimientos. Pasaron 8 años de la firma del contrato y 3 desde el momento en que debió entregarse la obra, para que se tomara esta medida.

El hecho llevó a un pleito jurídico entre el contratista Collins y el Invías y provocó que se abriera una nueva licitación por $200.000 millones en diciembre de 2016 para terminar las obras. Esta se adjudicó el 4 de julio de 2017, con la esperanza de que la obra se entregara durante el mandato de Santos, pero el entonces mandatario tuvo que retractarse de su compromiso porque los tiempos no cuadraban.

“No lo vamos a poder inaugurar, vamos a terminar todas las obras de infraestructura. El túnel, como túnel, representa el 42 % de la obra total, eso todo lo vamos a terminar. Espero de aquí a julio que todas las obras hasta llegar al túnel mismo estén terminadas”, explicó Santos en marzo de 2018.

Túnel de la Línea
No obstante, con la llegada de Iván Duque a la presidencia de la República, las expectativas estaban puestas en lo que haría en el nuevo Gobierno con el proyecto. Precisamente, al cierre del año pasado se anunció una adición de $620.000 millones para finalizar las obras, debido a que se tenía un desfinanciamiento en el proyecto. Además, se abrieron tres licitaciones para terminar las obras complementarias.

“Como muy bien se anunció a finales del año, no solamente conseguimos los recursos adicionales que se requieren para La Línea, sino que se abrieron tres licitaciones que son dos en el departamento del Tolima y una en el Quindío para continuar con las obras del túnel, que son diferentes viaductos y otros túneles. La prioridad que le dimos en el Gobierno, desde que llegamos fue terminar las obras vigentes y esta es una de las mayores prioridades que están dentro del cronograma”, dijo la ministra de Transporte, Ángela María Orozco.

Asimismo, el Presidente aseguró que todas las irregularidades encontradas y que han llevado a retrasos en la construcción y sobrecostos, van a ser denunciadas. “No tendremos ninguna contemplación en denunciar lo que nosotros veamos que son abusos, manejos fraudulentos y actos de corrupción, esa tiene que ser la pauta de una buena administración pública. Nosotros tenemos que mostrarle al país que las obras estratégicas se adelantan y se concluyen y se tienen que concluir conforme a cronograma. Para nadie es una mentira que hubo obras que dejaron abandonadas y que dejaron la obra sin financiamiento”, dijo Duque.

En ese sentido, una nueva fecha de entrega del proyecto —en el año 2020— tiene comprometido al Jefe de Estado con esta megaobra de infraestructura que aún no ve la luz.

En cifras
El Túnel de La Línea contempla la construcción de 30 kilómetros entre los municipios de Cajamarca (Tolima) y Calarcá (Quindío).

Incluye la construcción de 25 túneles, 31 puentes, 18 kilómetros de segunda calzada y tres intercambiadores viales. Una vez entregado habría una reducción de unos 15 kilómetros en el recorrido entre Calarcá y Cajamarca.

Y se disminuirán en 90 minutos los tiempos de transporte de carga y de 30 minutos en el tráfico liviano.

El aumento en la velocidad del corredor sería de 18 a 60 kilómetros por hora y la reducción de accidentalidad, del 75 %.

El ahorro económico será de $292.000 millones al año.

Una obra mal planificada

El presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, Argelino Durán, destacó que es una buena noticia que el Gobierno se haya comprometido a sacar adelante este proyecto que es tan importante para la conectividad y competitividad del país. No obstante, resaltó que las obras estuvieron enmarcadas en la mala planeación.

“La historia del Túnel de La Línea ha sido desafortunada porque le fue adjudicada a un contratista que no tuvo la capacidad para cumplir. Además, los problemas se generaron en gran parte por la improvisación y la mala planeación en la estructuración del proyecto porque se adjudicó sin conocer el análisis completo del túnel piloto. Esa información no fue tan útil como lo hubiera podido ser porque permitiría prever muchas de las circunstancias que se presentaron durante la construcción”, manifestó Durán.

Por su parte, el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martín Caicedo, aseguró que la decisión del Gobierno de darle una prioridad a esta obra es muy importante para el país por los beneficios que puede traer la puesta en funcionamiento de este proyecto en materia de reducir los tiempos y costos del transporte y mejorar la competitividad del país.

Fuente: El País