Menos nacimientos y un aumento en la población de adultos mayores están marcando el inicio de una transición demográfica que ya se manifiesta en nuestras sociedades. Aulas que se van quedando vacías y ciudades que envejecen nos enfrentan a una nueva realidad que desafía los paradigmas tradicionales de la planificación urbana y el desarrollo social.

Un cambio silencioso pero significativo avanza en Colombia y en el mundo: el envejecimiento de la población es cada vez más evidente. Según proyecciones de Naciones Unidas (ONU), para el año 2050 aproximadamente una de cada cuatro personas tendrá más de 60 años. En Colombia, este fenómeno ya se refleja en múltiples frentes: la tasa de natalidad sigue cayendo, las instituciones educativas pierden estudiantes, el cuerpo docente envejece, y tanto en zonas urbanas como rurales emergen desafíos inéditos en materia de infraestructura.

Una transición demográfica acelerada

Las cifras son contundentes, según datos del DANE: en Colombia, la tasa de natalidad pasó de 19,8 nacimientos por cada mil habitantes en el año 2000 a apenas 12,2 en 2023. Al mismo tiempo, la esperanza de vida alcanzó los 78,5 años, y la proporción de personas mayores de 60 años se duplicó en menos de dos décadas.

En 2005, Colombia contaba con cerca de 4 millones de personas mayores de 60 años. Para 2023, la cifra ya superaba los 7 millones y, según proyecciones, en 2050 superará los 14 millones, lo que representará aproximadamente el 25 % de la población total del país.

Este fenómeno demográfico no es exclusivo de Colombia. Países como Japón, Alemania, Italia o Corea del Sur llevan años enfrentando los desafíos propios de sociedades envejecidas. Mientras algunos han avanzado en políticas de adaptación en áreas como infraestructura, empleo, educación y salud, en gran parte de América Latina apenas se comienza a dimensionar la magnitud del impacto que este cambio traerá consigo.

 

Fuente: DANE, ONU y estimaciones propias con base en proyecciones demográficas nacionales 2000–2050.

Educación: entre el descenso de matrículas y el envejecimiento docente

Uno de los impactos más visibles del envejecimiento poblacional en Colombia se refleja en el sistema educativo. Según un informe del DANE y análisis del diario El País, entre 2004 y 2023 el país perdió más de 1,7 millones de estudiantes en los niveles de educación básica y media. Mientras que en 2004 se registraban cerca de 11,2 millones de estudiantes matriculados, para 2023 la cifra había descendido a 9,5 millones. Una transformación significativa en apenas dos décadas.

Las zonas rurales han sido especialmente golpeadas por esta reducción: muchas escuelas se han fusionado o cerrado por la escasez de estudiantes. A esto se suma el envejecimiento del cuerpo docente: cerca del 33 % de los profesores tienen más de 50 años, y uno de cada tres directivos escolares supera los 60, según datos del estudio internacional TALIS (OCDE), citados por El Tiempo.

Este panorama obliga a replantear no solo la infraestructura física del sistema educativo, sino también los enfoques pedagógicos, la formación docente y el papel que cumple la educación en una sociedad cada vez más envejecida.

Ingeniería para la longevidad: nuevos retos del diseño

En un mundo donde el envejecimiento poblacional es una realidad creciente, la ingeniería moderna juega un papel esencial para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Las ciudades deberán ser rediseñadas bajo los principios del diseño universal e inclusivo: aceras accesibles para todos, rampas que faciliten el desplazamiento, estaciones de transporte adaptadas a diferentes necesidades de movilidad, señalización clara y mobiliario urbano funcional y cómodo que garantice seguridad y bienestar para toda la población.

El envejecimiento de la población exige repensar:

La planificación urbana: más accesibilidad, menos barreras arquitectónicas, mayor movilidad intergeneracional.

La vivienda: diseños que permitan el envejecimiento en casa, con tecnologías de apoyo y entornos seguros.

La infraestructura: adaptación de sistemas de transporte, centros de salud, educación y espacios públicos.

La tecnología: desarrollo de herramientas para la autonomía, el cuidado y la participación activa de los adultos mayores.

Este fenómeno también implica un cambio en la formación de los futuros ingenieros, ya que el envejecimiento debe considerarse en todas las disciplinas: civil, electrónica, biomédica, industrial y ambiental. La innovación no puede dirigirse únicamente a las generaciones jóvenes; debe responder a las necesidades de un país en el que las personas mayores conformarán una parte cada vez más significativa de la población. 

Ingeniería civil y urbana
Retos:
– Adaptar espacio público, infraestructura vial y vivienda.
– Superar barreras arquitectónicas.

Oportunidades:
– Diseño de ciudades amigables con la edad.
– Viviendas modulares, espacios intergeneracionales.

Aplicaciones:
Normas NTC de accesibilidad, transporte adaptado, señalética cognitiva.
Ingeniería biomédica y electrónica
Retos:
– Alto costo de tecnologías médicas.
– Baja interoperabilidad de dispositivos.

Oportunidades:
– Wearables, sensores y telemedicina.
– Robótica de rehabilitación y asistencia.

Aplicaciones:
Monitores biométricos, pulseras GPS, prótesis 3D.
Ingeniería mecánica y robótica
Retos:
– Tecnología sin deshumanización.

Oportunidades:
– Robótica social, automatización asistencial.

Aplicaciones:
Exoesqueletos, robots como Paro y Pepper, andadores inteligentes.
Ingeniería industrial y de sistemas
Retos:
– Procesos ineficientes en atención geriátrica.

Oportunidades:
– Logística del cuidado, modelos predictivos.

Aplicaciones:
IA para rutas domiciliarias, simulación de flujos.
Ingeniería informática y de software
Retos:
– Interfaces poco accesibles, brecha digital.

Oportunidades:
– Plataformas inclusivas, asistentes virtuales.

Aplicaciones:
Apps como MiDoctor, alfabetización digital, UI con voz.
Ingeniería ambiental
Retos:
– Vulnerabilidad ante clima extremo, contaminación.

Oportunidades:
– Entornos resilientes, infraestructura verde.

Aplicaciones:
Mapas de riesgo por edad, sombreado urbano, ventilación pasiva.
Ingeniería de alimentos
Retos:
– Cambios en digestión y soledad alimentaria.

Oportunidades:
– Alimentos funcionales, empaques accesibles.

Aplicaciones:
Reparto especializado, suplementos geriátricos, trazabilidad.
Ingeniería agroindustrial
Retos:
– Pérdida de saberes, exclusión en cadenas productivas.

Oportunidades:
– Inclusión productiva, tecnología rural adaptada.

Aplicaciones:
Biotecnología campesina, cooperativas intergeneracionales.
Ingeniería química
Retos:
– Riesgos por fármacos mal formulados.

Oportunidades:
– Medicamentos de liberación controlada.

Aplicaciones:
Encapsulación, farmacotecnia, materiales no tóxicos.
Ingeniería eléctrica
Retos:
– Riesgos eléctricos en viviendas inadecuadas.

Oportunidades:
– Domótica accesible, monitoreo energético.

Aplicaciones:
Iluminación automática, sistemas de respaldo.
Ingeniería geográfica o geoespacial
Retos:
– Falta de datos georreferenciados por edad.

Oportunidades:
– Mapas de vulnerabilidad, planificación territorial.

Aplicaciones:
GIS para salud, localización de servicios, capas demográficas.
Ingeniería en transporte
Retos:
– Sistemas excluyentes e inseguros.

Oportunidades:
– Paraderos adaptados, rutas puerta a puerta.

Aplicaciones:
Tarjetas inteligentes, movilidad asistida.
Ingeniería de materiales
Retos:
– Pocos materiales seguros y ergonómicos.

Oportunidades:
– Materiales antideslizantes, textiles inteligentes.

Aplicaciones:
Calzado geriátrico, superficies amortiguadas.
Ingeniería económica o financiera
Retos:
– Exclusión financiera, presión pensional.

Oportunidades:
– Microseguros, planeación financiera adaptada.

Aplicaciones:
Educación financiera, modelos actuariales longevos.

Un llamado a integrar la mirada demográfica en la toma de decisiones

Este fenómeno silencioso debe ocupar un lugar central en las políticas públicas y en las decisiones técnicas. Mientras otros países avanzan hacia modelos de “ciudades para todas las edades”, Colombia aún no cuenta con una política nacional sólida sobre envejecimiento y longevidad. Tampoco ha logrado integrar plenamente esta transformación en los planes de desarrollo urbano, educativo y científico.

¿Y el rol de la ingeniería?

El desafío ya está planteado, y los ingenieros de todas las disciplinas tendrán un papel fundamental. Desde quienes diseñan estructuras hasta quienes desarrollan algoritmos de inteligencia artificial para la atención remota, todos serán parte de la respuesta. El envejecimiento de la población no es solo un reto social: también implica desafíos en términos de innovación, infraestructura y sostenibilidad a nivel global.

En los próximos años, nuestras ciudades, los sistemas de salud y las dinámicas productivas requerirán una transformación profunda. La articulación entre la ingeniería, las decisiones gubernamentales y un enfoque interdisciplinario puede ser clave para conducir esta transición hacia un futuro más sostenible y equitativo.

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