El presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros lidera propuesta para pluralizar la contratación.

La corrupción se ha adueñado de la ejecución de los contratos de obras públicas, en el país el promedio de proponente para estas obras es de uno a tres oferentes y las licitaciones hechas a la medida de los contratistas son un problema que afecta los recursos públicos de la nación.

En Norte de Santander, sin incluir a Cúcuta, de los 134 contratos firmados en 2017, por 103.194 millones de pesos, el promedio de oferentes no superó los 1,5.

Argelino Durán, presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), socializó el informe de contratación nacional de 2017. En Cúcuta se firmaron 136 contratos por 166.828 millones de pesos, el promedio de oferentes no superó los 1,83.

A raíz del pésimo panorama que reflejó este informe realizado por la SCI y la Cámara Colombiana de la Infraestructura, nació la propuesta de los ‘pliegos tipo’, con los cuales las organizaciones gremiales buscan evitar las licitaciones y contratos hechos a la medida de los oferentes y de esta forma cerrarle las puertas de la contratación pública a la corrupción.

La Opinión habló con Durán, quien lidera la SCI desde el siete de abril, organización que es utilizada como centro consultivo del Gobierno Nacional y las alcaldías y gobernaciones para la ejecución de obras públicas desde 1887, y reúne a los ingenieros con mayor experiencia del país.

¿Cuál es el estado de la contratación en el país?

El estudio mostró que hay poca participación de proponentes para los contratos, particularmente en los municipios donde el promedio es de únicos oferentes cuando lo normal es 10, esto quiere decir que falta transparencia en los procesos y eso se pretende cambiar con la implementación de los pliegos tipo. En los casos de consultoría, más de seis proponentes es una participación plural y estamos muy lejos de alcanzar eso.

Con los pliegos tipo se empezará a tener un número importante de oferentes, lo que va traer muchas ventajas para las administraciones públicas y las pequeñas y medianas firmas de ingeniería regionales que van a tener mayor acceso a la contratación.

¿En qué consisten los pliegos tipo?

Los pliegos tipo pretenden evitar que se sigan elaborando pliegos de ‘sastre’, es decir, hechos a la medida de un proponente específico. Con esos pliegos los oferentes a los que no le tomaron la medida del vestido, al ver que no les casa, no se presentan. Entonces, termina presentándose solo aquella propuesta a la que el vestido le sirve, y al hacer los pliegos tipo se evita que se tomen las medidas de un proponente específico y se pongan en los términos de la licitación.

¿Qué capital departamental presenta el mayor promedio de oferentes?

En este momento, en primer lugar está Medellín, segundo Bucaramanga y tercero Manizales.

¿Cómo es la situación en Norte de Santander y cuál es el promedio de oferentes?

En términos generales, todos están igual de mal. Todos los municipios tienen muy pocos proponentes, excepto Chitagá en 2017, entre 3 y 10, tuvo un promedio mejor que los demás.

¿La poca cantidad de oferentes es motivada por la corrupción?

Por las conversaciones que hemos tenido con alcaldes que lograron cambiar ese esquema, hemos identificado que fueron elegidos sin contar con apoyos económicos externos, quiere decir que llegaron a sus alcaldías sin estar hipotecados. Por lo tanto, no usan la contratación pública como mecanismo para resarcir a quienes les financiaron la campaña política, la idea es que las campañas políticas se puedan cubrir con recursos públicos sin tener que hipotecarse con personas externas.

¿Por qué fallan las obras de ingeniería? ¿Influye la formación académica?

Creo que no hay ningún problema en el tema académico, lo que si está faltando es la formación en valores de las personas. El interés económico está primando sobre muchos otros aspectos, parte de los eventos desastrosos que han pasado en los últimos tiempos pueden deberse a que ha primado la hiperoptimización de los costos de las obras, poniendo en riesgo la seguridad de las mismas.

En Hidroituango, ¿Cuál fue la causa de la falla del proyecto?

La razón todavía está por dilucidarse, se contrató una firma chilena para que haga un estudio para ver cómo se llegó a la situación de emergencia. En este momento, uno podría decir que fueron problemas de diseño, de construcción, una falla geológica no detectada o una combinación de todas las anteriores. También, por la necesidad del proyecto se tomaron medidas de aceleramiento que aumentaron los riesgos en la ejecución. Hay analizar todas las variables para saber cuál fue la causa.

¿Y en el puente de Chirajara?

Según los estudios de la interventoría y la firma contratada, el problema fue en el diseño porque los elementos estructurales no se comportaron como el diseñador había previsto, lo que ocasionó que la estructura no soportara las cargas verticales y colapsará.

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¿Qué soluciones planteó el gobierno para evitar estos casos?

El gobierno ya tomó decisiones en el tema de edificaciones de vivienda de más de dos mil metros cuadrados, motivados por la falla del edificio Space en Medellín. La determinación consiste en tener más controles y que los profesionales hagan parte de un registro especial para diseñar edificaciones, una mayor revisión en los diseños y una supervisión estricta en la construcción, de parte de profesionales independientes al dueño y el constructor de la obra; ya estamos en proceso de implementarlo.

¿Cómo se está implementando la tecnología en la ingeniería colombiana?

Hemos propuesto para las intervenciones en redes terciarias el uso de nuevas tecnologías para los tramos de prueba, por un 10% del valor del contrato y que sirva para recopilar información sin que constituya un detrimento patrimonial. Considero que esa es la forma más barata para introducir la tecnología en la construcción de las obras públicas, pero, para avanzar debe haber normas que permitan su ejecución.

La Sociedad está en busca de socios regionales, ¿cómo va ese proceso?

La Sociedad Colombiana de Ingenieros tiene su sede en Bogotá y la mayoría de sus socios viven allí. Un 15% de los socios son de otras regiones y tenemos dependencias en 28 departamentos. Buscamos con las regionales, que son independientes administrativa y financieramente, integrar a toda la ingeniería nacional.

Fuente: La Opinión