En las Islas Galápagos se construyó en el año 2012 el primer aeropuerto ecológico y sostenible del mundo.


Fue construido con rocas locales y madera recuperada, funciona 100 % energía renovable, además, trata sus aguas residuales.

La terminal tiene 6.000 metros cuadrados y el techo, tipo sombrilla, alcanza los 10.000 metros cuadrados, estructura que es sostenida por tuberías de acero de 12 pulgadas (unos 30 centímetros) “recuperadas de los campos de extracción petrolera de la Amazonía Ecuatoriana”.

Una de las características más sobresalientes del Aeropuerto Seymour de Baltra es que funciona al 100% con energía renovable (solar y eólica), generada en un 35% por paneles fotovoltaicos instalados en el conjunto de los caminos de la terminal y el 65% restante, obtenida a partir de molinos eólicos ubicados estratégicamente en la zona del aeropuerto

El aeropuerto también cuenta con su propia planta desalinizadora, el agua se obtiene del mar, una vez usada en la terminal, se vuelve a tratar y se recicla, evitando así la generación de agua residual.

El diseño y la construcción sostenible del aeropuerto le valieron, no sólo, el reconocimiento del Consejo Americano de Construcción Sustentable, USGBC, referente de edificios ecológicos con las mejores prácticas ambientales en el mundo, sino también, la certificación LEED nivel ORO, convirtiéndose de esta manera, en el primer aeropuerto ecológico del mundo, como construcción íntegra.

Adicionalmente, el 18 de diciembre de 2018, el aeropuerto se convirtió en el primero de América Latina y el Caribe en recibir la certificación ‘Carbono neutro’, otorgada por el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI, por sus siglas en inglés), a través del programa ‘Airport Carbon Acreditation’, “el único sistema avalado institucionalmente que permite evaluar y reconocer los esfuerzos realizados por los aeropuertos participantes para gestionar y reducir sus emisiones de CO2”

Fuente: www.ecogal.aero